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lunes, 13 de octubre de 2014

El timbre, tu perro y las conductas ansiosas

Perros que reaccionan al sonido del timbre de la puerta

Muy pocos perros cuando suena el timbre de casa no van rápidamente corriendo hacia la puerta. Este comportamiento es relativamente normal ya que, a través del condicionamiento clásico (¿quién no ha oído hablar sobre los perros de Pavlov?), aprenden que después del sonido del timbre normalmente llega una persona a casa. Con perros equilibrados es más o menos sencillo hacer que se aparten de la puerta y dejen espacio. El problema surge cuando ese sonido activa los mecanismos de ansiedad y estrés del perro y los manifiesta con ladridos, saltos, carreras e, incluso, abalanzándose hacia la persona que entra. Si este es tu caso, ¿cómo puedes solucionar este problema?... El olfato del perro y el juego te van a ayudar. ¿De qué forma?




Cuando el perro empieza a hacer estas conductas, tú quieres controlarle pidiéndole que se siente, se quede quieto o llamándole, pero no te hace caso. Te explico por qué: el timbre inicia los ladridos, carreras o cualquier otra conducta ansiosa y excitante. Estas conductas ansiosas generan un círculo vicioso que se retroalimenta, es decir, cada ladrido, carrera, salto, etc. son excitantes de por sí, que hacen que cada vez el perro esté más ansioso y, por lo tanto, sea casi imposible que te preste atención: cuanto más ansioso/excitado está el perro, menos información es capaz de llegar a su sistema cognitivo. (Aprendizaje Vs Estado Emocional)

Con el timbre se inicia esta retroalimentación ansiosa, ese círculo vicioso, que se debe romper induciendo al perro una conducta tranquilizante. Pero como ya he comentado, una vez iniciado el proceso de retroalimentación con el sonido del timbre es muy difícil conseguirlo. Esto nos lleva a dar un paso atrás y trabajar este problema antes de que se inicie. Y aquí es donde el efecto terapéutico del olfato del perro  y el juego nos van a ayudar.

Este es el procedimiento que puedes seguir:

- Inicia una rutina de juegos de olfato en la entrada de tu casa, cerca de la puerta, dejando caer varios premios o pienso para que use la nariz. No se lo pongas muy difícil, aunque es muy importante que utilice el olfato. 

- Después de unos días, cuando estés jugando con tu perro, haz que una persona toque el timbre de la casa. Justo en ese instante pídele que busque un trozo de comida. En las primeras ocasiones hazlo dos o tres veces, no más. La asociación debe ser progresiva para no incrementar el estrés y que aparezcan las conductas ansiosas

- Las sesiones deben ser cortas. Cuando veas que mientras jugáis suena el timbre y el perro responde positivamente sin interrumpir los juegos, empieza a simular la llegada de personas a casa previo toque del timbre. Cuando el perro llegue a la puerta debes estar ahí para dejar caer unos premios.

- Con el paso del tiempo el perro podrá controlar lo suficiente su estado emocional como para que puedas separarle de la puerta y deje espacio a la persona que entra

De esta forma se rompe ese círculo vicioso induciendo una conducta tranquilizante. El uso del olfato hace que su cerebro no active los mecanismos de estrés, centrándose en realizar esas acciones. Pero es muy importante dar ese paso atrás e iniciar la terapia sin la presencia del timbre, para incorporarlo y asociarlo a estados emocionales más relajados.


 


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