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jueves, 10 de abril de 2014

Perro agresivo con la comida

Los casos que expondré aquí son casos reales en los que me han hecho alguna consulta o que he trabajado personalmente (por supuesto, sin nombres ni localizaciones), y que pueden ser interesantes para otras personas con el mismo problema.

Caso real: cachorro de 8 meses que su dueña no consigue que coma tranquilo. Cuando se acerca al cuenco empieza a gruñir y a querer morder, pero con los juguetes no hace lo mismo. La dueña, cuando empezó a gruñir, le quitaba el cuenco hasta que se tranquilizaba y se lo volvía a poner, pero el problema fue a más.

Aquí tenemos un perro con agresividad por protección de un recurso primario de supervivencia (la comida). El motivo principal de que esto ocurra es el de no haber puesto unas normas y rutinas adecuadas a la hora de las comidas
  • Desde los primeros días de que el cachorro entra en casa, se le debe dar la comida de nuestra mano para que entienda que somos nosotros quienes le damos de comer y se acostumbre a nuestra presencia y olor en su comida.
  • Ademas, siempre hay que pedirle una acción previa antes de darle de comer (nada es gratis), puede ser que se siente o llamarle para que se acerque, así sólo si hace algo que nosotros le pedimos obtiene lo que quiere.

Ya teniendo el problema, saber las causas es importante, pero más importante para los dueños que lo padecen es darles unas pautas y/o ejercicios útiles para mitigar o eliminar el problema. 

Mi recomendación fue la siguienteno enfrentarse directamente a él, lo mejor es solucionarlo de forma indirecta. ¿Cómo?....Enseñarle a separarse del cuenco antes de quitarlo:


- Con el perro atado (para ayudarnos con la correa) ponemos el cuenco vacío delante de él. Dejamos que se acerque y, cuando lo haga, le llamamos dando unos pasos hacia atrás. Cuando esté a nuestro lado quieto, le damos de la mano un poco de comida apetitosa para el perro. Le dejamos quieto y retiramos el cuenco. Lo repetimos varias veces.

- Hacemos el mismo ejercicio pero incorporando 2-3 bolas del pienso en el cuenco y dejando que se las coma, llamándole y dándole de comer un poco de nuestra mano, para al final retirar el cuenco.

- Poco a poco echamos más cantidad de pienso en el cuenco y seguimos haciendo el mismo ejercicio.

- Es importante no precipitarse. Unos pocos minutos cada día, sin querer ir demasiado rápido. 

Practicando este ejercicio podremos separar al perro del cuenco para poderlo retirar y, a la vez, poder enseñarle a comer de nuestra mano con nuestro olor, es decir, que entienda que la comida es nuestra y se la damos

Ahora la dueña es capaz de meter la mano en el cuenco y darle de comer de su mano sin que el perro gruña o haga ninguna señal de agresividad.

Para que tenga éxito el perro debe tener unas nociones de obediencia básica como tumbado, quieto, que atienda a su nombre...para así poder tener más control. Si no es el caso, habría que trabajar estas acciones previamente.

Debemos entender que el trabajo en este tipo de problemas, y en general cualquier agresividad, suele ser a largo plazo y puede no solucionarse al 100%, en ocasiones a lo que más podemos aspirar es a tener una convivencia menos traumática, todo depende de cuánto esté reforzado el comportamiento. Por eso, se debe actuar cuando aparecen los primeros síntomas sin dejar pasar el tiempo. Siempre hay que ser realistas.


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