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lunes, 11 de febrero de 2013

Reeducando al primate

Somos primates y nuestro comportamiento, nuestra forma de relacionarnos, está incrustado dentro de nuestro ADN y de nuestra cultura. Tanto es así que muchas veces no somos conscientes de nuestras acciones.

Como primates, por poner dos ejemplos, demostramos nuestro afecto dándonos un abrazo y nos saludamos de frente mirándonos a los ojos y con un apretón de manos, es decir, tocándonos. Estas acciones nos salen de una forma natural, inconscientemente, en nuestras relaciones con otras personas. 

La cuestión está en que no nos podemos reprimir en actuar de esta forma cuando nos relacionamos con nuestros perros. Un ejemplo muy claro es cuando queremos saludar a un can: nos dirigimos a él de frente, mirándole y queriéndole tocar. Si un perro se acerca a otro de esta forma supondría un desafío en toda regla que podría desencadenar en una agresión.

Por lo tanto, está claro que debemos ser capaces de aprender e interiorizar las reglas de las relaciones sociales entre perros para poder así modificar nuestra conducta y poder relacionarnos y comunicarnos con ellos de una forma más eficiente.

Y es aquí donde me encuentro con la mayor dificultad con mis clientes porque es así, somos muy reacios a cambiar. No nos entra en la cabeza que el perro reacciona a nuestras acciones y emociones, y por lo tanto si queremos que aprenda o modifique una conducta determinada, somos nosotros los que tenemos que modificar la nuestra ya que podemos hacerlo y sabemos que el perro reaccionará a esos cambios.

Me he encontrado con más de una persona que me ha dicho: "pero, ¡por qué me estás diciendo a mí lo que tengo que hacer!, ¿no tendrías que estar adiestrando al perro?". Por supuesto que el perro tiene que aprender pero procuro tocar al perro lo menos posible, y cuando veo que va entendiendo lo que le quiero transmitir se lo paso al dueño y me centro en él: si conmigo el perro ya ha aprendido a no tirar de la correa y se lo paso al dueño y el can se descontrola, ¿qué es lo que ha cambiado en la ecuación?: La persona. 

Por eso, las clases de educación o adiestramiento canino se deben realizar con el perro y el dueño porque tanto uno como el otro tienen que educarse. Es más, el perro, aunque parezca mentira, aprende relativamente rápido lo que le queremos transmitir. Mientras que el primate, el Humano, tiene más dificultades  en dejarse asesorar y cambiar sus conceptos mentales sobre su relación con el perro y su cambio de conducta.

Todo lo que he expuesto en este artículo es lo que intento transmitir en mis primeras clases: hacer entender que el adiestramiento o educación de un perro es más una predisposición o actitud nuestra que del perro.

4 comentarios:

  1. muy bueno el articulo!
    pero ¿como crees que podemos cambiar las personas?
    ¿existen algunas pautas? ¿como podemos cambiar el "chip"?
    muchas gracias

    un saludo!

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    Respuestas
    1. Hola lei, la clave está en entender por qué el perro hace lo que hace, observar su comportamiento, sus señales corporales e incorporar esa información a nuestro comportamiento. Hay que abrirse a ser más perro y actuar como uno más de ellos.

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    2. gracias por la respuesta, pero en ocasiones, como me ocurre a mi, nunca he tenido un perro y en ocasiones no logro entenderlo, pero ya estoy trabajando en ello :)

      un saludo y espero nuevos articulos ya que en mi caso me ayudan mucho

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  2. sí..efectivamente somos muuuyyy primates..
    y además se agrava..todo con la demonizacion canina q hay en la calle
    jamás me insultaron tanto..tener un perro ...es aprender sobre uno mismo y sobre los demás

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