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lunes, 12 de noviembre de 2012

Cómo tener un perro más proactivo.

Os estaréis preguntando qué significa tener un perro proactivo y por qué es importante. No os preocupéis, ahora os lo explico.

Cuando queremos educar o enseñar acciones nuevas a nuestros perros, normalmente, tienen una fuerte dependencia de estímulos externos para iniciar y/o mantener dichas acciones, es lo que se llama tener perros reactivosEsta dependencia hace que cuando un perro se enfrenta a una situación nueva, la cual le genera estrés, no sepa gestionarla adecuadamente y busque nuestra ayuda para encontrar la solución al problema y realizar la conducta adecuada.

Si queremos que nuestro perro aprenda a gestionar mejor el estrés que le produce el enfrentarse a una situación nueva, debemos trabajar con él para tener un perro proactivo, es decir, un perro que se implique y actúe de forma activa buscando la solución al problema que se le plantea. De este modo, tendremos un perro menos dependiente de nosotros y tendrá una mayor capacidad de aprendizaje de nuevas conductas. 


Para conseguir proactividad en el perro debemos seguir unas pautas:

  1. Resolución proactiva de problemas: poner al perro en situaciones nuevas, buscando que actúe de forma no programada para conseguir un premio (comida o juguete). Estas situaciones pueden ser laberintos, comida escondida en cajas o en sitios difíciles, etc. Es importante variar continuamente los problemas y adecuar la dificultad al avance del perro. Este trabajo siempre es en positivo y nos podemos ayudar con el clicker.
  2. Ritmo de trabajo: con acciones sencillas ya aprendidas por el perro (sentado, tumbado...) realizadas de forma rápida ofreciendo comida o juego como recompensa. Sesiones cortas y muy rápidas que hagan difícil al perro seguir el ritmo, incluso dejando que se pierda. Mejora la atención y la concentración.
  3. No crear dependencia de la correa: realizar con el perro ejercicios sin correa para prevenir dos posibles problemas: que el perro necesite la correa para aprender; y que el perro se apoye en ella para solucionar cualquier problema, ya que nosotros inconscientemente podemos corregirle a través de la correa.
  4. Uso del aislamiento o time out: en sesiones de trabajo en positivo sobre ejercicios ya conocidos por el perro es tremendamente eficaz para aumentar la implicación del perro interrumpir la sesión cuando el perro cometa algún fallo. 
  5. Trabajo natural de nariz: en la obediencia, sin darnos cuenta, podemos estar ayudando demasiado a nuestro perro, sobreguiándolo (posiciones inconscientes del cuerpo, ayudas de la correa...) en un trabajo de rastro natural esto no es posible. Este trabajo refuerza la autonomía y la capacidad de concentración del perro.

De esta forma nuestro perro aprenderá a ser más proactivo y se implicará más en el trabajo cuando le queramos enseñar nuevas acciones. Y además, sabrá gestionar mejor cualquier situación nueva que le provoque estrés y encontrar por si solo la conducta correcta que solucione esa nueva situación.



(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional' de Carlos Alfonso López García)

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